El padre Andrzej Halemba dirige el departamento de Oriente Medio de ACN. En 2014, poco después de la invasión de Mosul y la llanura de Nínive por parte del Estado Islámico, visitó a los cristianos desplazados en Irak: «Es lo más trágico que he visto en mi vida»
Por Oliver Maksan
Ayuda a la Iglesia Necesitada: Padre Halemba, usted ha estado recientemente en Irak. ¿Tienen aún esperanza los cristianos?
Es una situación muy difícil. Sin duda, nos encontramos frente a un genocidio. Un genocidio no solo se da cuando se mata a personas, sino también cuando se mata el alma de un pueblo. Y esto es lo que está sucediendo actualmente en Irak. Es lo más trágico que he visto en mi vida. He visto a personas profundamente heridas en su alma. En las crisis de este mundo he visto frecuentemente a personas que lo han perdido todo. Pero en Irak hay cristianos que han tenido que dejar todo y huir ya tres o cuatro veces. Todavía no ven la luz al final del túnel. En general, todos están muy traumatizados. En estas situaciones suelen ser las mujeres las que tiran hacia delante. Pero en Kurdistán he visto a mujeres que miran al vacío y que estaban completamente encerradas en sí mismas. En los ojos, tenían lágrimas secas. Esto no le he visto en ningún otro lugar. Los hombres tienden a ser agresivos. Esto se debe a que no pueden cumplir su papel de alimentar y proteger a la familia. Ahora tienen que mendigar por todo y no tienen perspectiva alguna.
Ayuda a la Iglesia Necesitada: ¿Tiene la impresión de que los cristianos quieren abandonar Irak?
Cuando se ha perdido toda esperanza, se quiere abandonar el propio país. La mayoría no quiere volver a sus lugares de origen. Esto es una mala señal para el futuro de la cristiandad iraquí. Los cristianos se sienten traicionados y abandonados en Irak; se quieren ir. Los combatientes kurdos, que debían proteger los lugares cristianos contra ISIS, dijeron a los cristianos que estaban en seguridad. Y de repente, ISIS arrasó las ciudades y los pueblos de los cristianos. En muchos casos ni siquiera pudieron llevarse ropa de repuesto. Es una sensación amarga la de no poder confiar en nadie. A muchos cristianos, esto les recuerda la masacre de la era otomana, hace cien años. Entonces, fueron exterminados cientos de miles de cristianos.
Ayuda a la Iglesia Necesitada: Actualmente, según datos de la Iglesia, hay más de 120.000 cristianos desplazados. ¿Tiene la impresión de que reciben la ayuda que necesitan?
Los cristianos no han recibido ayudas ni del Gobierno central iraquí ni del Gobierno regional kurdo. Por ello se ven como ciudadanos de segunda categoría. También por esto están enojados. Los cristianos están fundamentalmente abandonados a sí mismos. Por supuesto que llega ayuda desde fuera; pero tienen que esforzarse para recibirla realmente. En Irak tenemos auténticos héroes del amor al prójimo. Obispos, sacerdotes y religiosos, pero también laicos se han comprometido por sus prójimos, y lo siguen haciendo.
Ayuda a la Iglesia Necesitada: ¿Cuál es actualmente el mayor reto humanitario?
Sin duda, el próximo invierno. En Kurdistán puede hacer mucho frío y nevar. Pero ya ahora está empezando a llover. Con el apoyo de «Ayuda a la Iglesia Necesitada» estamos trasladando a las personas de las tiendas de campaña a contenedores-vivienda. Pero el mayor reto, en mi opinión, es la mentalidad. ¿Están decididos ya a abandonar Irak y Próximo Oriente para siempre? Aquí es donde tenemos que actuar y dar esperanza a las personas.
Ayuda a la Iglesia Necesitada: ¿Cómo?
Sobre todo, tienen que creer de nuevo en el futuro de su antiguo y bello país. Por ello, la comunidad internacional ha de contribuir a reforzar el Gobierno de Bagdad y a que incluya todos los grupos religiosos y étnicos del país. Solo así se puede vencer, en definitiva, a ISIS.
Ayuda a la Iglesia Necesitada: ¿Cómo seguirá apoyando «Ayuda a la Iglesia Necesitada» a los cristianos de Irak?
Hemos puesto a disposición unos cuatro millones de euros para ayudar a la población y darle una nueva esperanza. Hay que mejorar sobre todo la situación de la vivienda. Ahora, hasta más de veinte personas tienen frecuentemente que compartir una habitación en alojamientos de emergencia. A la larga esto es inaceptable. Por ello nos ocupamos de abonar los alquileres de viviendas dignas en Erbil, pero también en Dohuk y Zakho. De este modo, volverán a tener unos metros cuadrados para cada uno. Además tenemos que mejorar la situación de los niños. Los niños no deben estar en la calle, sino en la escuela. Estamos ayudando a instalar ocho escuelas para 900 alumnos cada una. Esto da también ánimos, pues al menos los niños tienen algo así como vida normal. Si van a la escuela no se pasan todo el tiempo pensando en ISIS. Tenemos especial preocupación por los niños. Como se acerca la Navidad, vamos a hacer regalos a 15.000 niños. Cada paquete de regalos costará unos 25 dólares. Muchos voluntarios ayudarán en la distribución. Y en cada paquete habrá una tarjeta para pedir a los niños que recen por los benefactores de todo el mundo. Les dará además la sensación de que no están solos.
Por Jaco Klamer para Aid to the Church in Need
A finales de 2016, Ismail consiguió escapar de la ciudad iraquí de Mosul con su madre Jandark Behnam Mansour Nassi (55), después de haber sobrevivido durante más de dos años bajo el terror del EI. Actualmente, Ismail y Jandark viven en Erbil, en la región autónoma kurda de Irak. Nos relatan su historia, echando la vista atrás al tiempo pasado en el «Estado Islámico».
«Mi madre y yo vivíamos en Bartella, uno de los pueblos cristianos de la llanura de Nínive», dice Ismail. «Una mañana de agosto, al despertarnos nos encontramos con que el EI había tomado la ciudad. Intentamos salir de la ciudad, pero los yihadistas nos secuestraron; nos capturaron y llevaron a Mosul».
«Tenía mucho miedo —dice su madre, Jandark, viuda—. Tenían escritos nuestros nombres y no teníamos ni idea dónde estábamos ni lo que iba a suceder con nosotros. Estábamos completamente apartados del resto del mundo. Poco después nos permitieron volver a Bartella; pero en un punto de control nos dijeron que teníamos que convertirnos al Islam. Al negarnos a hacerlo, nos pegaron. A mi hijo le llevaron a la cárcel; tenía entonces tan solo catorce años».
«Me llevaron a la cárcel de Bartella —lo corrobora Ismail—. Un día, un chiita fue asesinado directamente enfrente de mí. Los terroristas me dijeron: “si no quieres convertirte al Islam, te pegaremos un tiro también a ti”. Entonces fue cuando me convertí al Islam; desde entonces ocultamos que éramos cristianos».
Ismail fue liberado de la cárcel y, con su madre, llevado de un lugar a otro: de Bartella a varios barrios de Mosul; y después al pequeño pueblo de Bazwaya, situado a tan solo unos pasos de Mosul.
«Nos dieron un documento del EI que decía que éramos musulmanes —continúa Ismail—. De ese modo podría salir a la calle en Mosul; pero en la calle uno no podía estar seguro de sobrevivir. En una ocasión me golpearon porque llevaba los pantalones demasiado largos».
«Una vez, cuando me dirigía a la mezquita con los yihadistas, temprano por la mañana, nos encontramos con el camino bloqueado. De repente pasaron a nuestro lado hombres vestidos con un traje naranja, dirigidos a punta de pistola por un grupo de niños del IE. Los niños los ejecutaron con placer».
«En otra ocasión me topé con una gran multitud en la calle. Estaban alrededor de una mujer, atada de pies y manos. Los terroristas del EI trazaron un círculo alrededor de ella. Si conseguía salir del círculo, la dejarían vivir; pero era imposible porque estaba atada. Mientras que sus familiares lloraban y suplicaban que la perdonaran, los yihadistas arrojaron piedras sobre ella hasta que murió».
«El EI me llevó a un campo correccional; allí tuve que dejarme crecer el cabello y la barba. A mi madre le dieron un largo vestido negro; pero no le estaba permitido salir a la calle. Los guerreros del EI quisieron que me casara; así podría ser uno de ellos. Repuse que era demasiado joven, que solo tenía quince años. Eso no les impresionó porque incluso niños de trece años estaban casados. Los terroristas me pidieron que me uniera a ellos. Estaban convencidos de que su Estado sobreviviría a todo».”
«En el EI, obligaron a mi hijo a practicar el Islam, y yo fui torturada por no conocer nada del Islam y del Corán», dice su madre, Jandark. «Sí; estoy avergonzado por haber tenido que profesar el Islam», afirma Ismail.
«Los guerreros del EI me obligaron a rezar —dice Ismail—. Me dieron una alfombra de oración sobre la que debía dirigirme a Alá. Los hombres están obligados a rezar en la mezquita los viernes. Quien se atreve a andar por las calles durante la oración del viernes puede ser golpeado. En la mezquita nos decían que los asirios son malos y que los cristianos no tienen la fe verdadera. Mi madre debía rezar en casa, pero no rezó a Alá».
«Entonces, los guerreros del EI descubrieron mi cadena con una cruz, señal de que soy cristiano. Los yihadistas me golpearon y me hicieron estudiar el Corán durante un mes. Me daban golpes cuando no sabía responder a sus preguntas del modo en que esperaban de mí; a mi madre la pinchaban con unas agujas largas porque no había estudiado nada del Corán».
«Un día oímos que Qaraqosh, otro pueblo cristiano de la llanura de Nínive ocupado por el ISIS, había sido liberado y que las tropas de liberación habían expulsado a los yihadistas de Bartella. Poco después comenzaron los ataques aéreos a Mosul, y muchas personas huyeron. También el EI huyó y, con las prisas, dejaron varias armas. Sin embargo se llevaron consigo a varias personas en su camino a través de Mosul; entre ellos estábamos también mi madre y yo. Durante tres días estuvimos bajo el control de un yihadista».
«Cuando los terroristas estuvieron demasiado ocupados con la batalla, nos abandonaron. De nuevo oímos que el ejército estaba avanzando. Tomamos un taxi hacia el frente, hacia la libertad; pero los yihadistas bloquearon el camino. Más tarde volvimos a intentar escapar. Así terminamos en el frente: francotiradores del EI intentaban hacer fuego sobre nosotros. Corrimos a refugiarnos en una casa. Después de varias horas de lucha, mi madre y yo pudimos salir de la casa, portando una bandera blanca. Soldados del ejército de liberación iraquí nos dieron la bienvenida. ¡Éramos libres!».
Familias que han regresado
Personas cristianas que han regresado
Casas totalmente destruidas
Casas quemadas
Casas parcialmente dañadas
Número de casas siendo renovadas actualmente
Número de casas para ser reparadas
Familias que han regresado
Personas cristianas que han regresado
Casas totalmente destruidas
Casas quemadas
Casas parcialmente dañadas
Número de casas siendo renovadas actualmente
Número de casas para ser reparadas
Familias que han regresado
Personas cristianas que han regresado
Casas totalmente destruidas
Casas quemadas
Casas parcialmente dañadas
Número de casas siendo renovadas actualmente
Número de casas para ser reparadas
Familias que han regresado
Personas cristianas que han regresado
Casas totalmente destruidas
Casas quemadas
Casas parcialmente dañadas
Número de casas siendo renovadas actualmente
Número de casas para ser reparadas
Familias que han regresado
Personas cristianas que han regresado
Casas totalmente destruidas
Casas quemadas
Casas parcialmente dañadas
Número de casas siendo renovadas actualmente
Número de casas para ser reparadas
Familias que han regresado
Personas cristianas que han regresado
Casas totalmente destruidas
Casas quemadas
Casas parcialmente dañadas
Número de casas siendo renovadas actualmente
Número de casas para ser reparadas
Familias que han regresado
Personas cristianas que han regresado
Casas totalmente destruidas
Casas quemadas
Casas parcialmente dañadas
Número de casas siendo renovadas actualmente
Número de casas para ser reparadas
Familias que han regresado
Personas cristianas que han regresado
Casas totalmente destruidas
Casas quemadas
Casas parcialmente dañadas
Número de casas siendo renovadas actualmente
Número de casas para ser reparadas
Familias que han regresado
Personas cristianas que han regresado
Casas totalmente destruidas
Casas quemadas
Casas parcialmente dañadas
Número de casas siendo renovadas actualmente
Número de casas para ser reparadas
Familias que han regresado
Personas cristianas que han regresado
Casas totalmente destruidas
Casas quemadas
Casas parcialmente dañadas
Número de casas siendo renovadas actualmente
Número de casas para ser reparadas
Familias que han regresado
Personas cristianas que han regresado
Casas totalmente destruidas
Casas quemadas
Casas parcialmente dañadas
Número de casas siendo renovadas actualmente
Número de casas para ser reparadas
Todavía hay 12.000 familias cristianas (aproximadamente 95.000 personas) que huyeron de la guerra en Mosul y la llanura de Nínive y que viven actualmente como personas desplazadas internas (IDPs por sus siglas en inglés) en Erbil y los pueblos vecinos.
“Los trastornos de estrés postraumático son muy evidentes en las personas que han vivido la violencia en primera persona. La depresión y la ansiedad alcanzan niveles extremadamente altos entre los adultos”, advierte Mons. Warda, Arzobispo de Erbil. “Esperamos ver un aumento de la necesidad económica y humanitaria en los próximos meses.”
Por lo general, las familias desplazadas carecen de trabajo o de suficientes ingresos regulares.
Muchas familias todavía dependen de la Iglesia para cubrir sus necesidades básicas (comida, alojamiento, ropa, medicinas, etc.)
ACN encargó un estudio para analizar el nivel de destrucción de casi 13.000 casas, así como los daños sufridos por escuelas, centros de salud y edificios religiosos.
De acuerdo a una encuesta realizada por ACN, el 41% de los cristianos desplazados en Erbil quieren regresar a sus pueblos y el 46% lo están considerando.
Hacen falta 250 millones de dólares para reconstruir casi 13.000 casas en la llanura de Nínive.
ACN hace un llamamiento a la comunidad internacional para llevar a cabo un «Plan Marshall» en Irak para que miles de desplazados puedan regresar a sus hogares.
El 27 de marzo de 2017 se estableció la Comisión para la Reconstrucción de Nínive (NRC, por sus siglas en inglés), que une a las tres iglesias cristianas principales de la región (Siro-Ortodoxa, Siro-Católica y Caldeo-Católica).
Su objetivo es reconstruir las casas de los cristianos desplazados que huyeron de sus pueblos en la llanura de Nínive.
ACN ya ha comenzado en tres pueblos de la llanura de Nínive la reconstrucción de las primeras 105 casas pertenecientes a familias cristianas desplazadas.
Los cristianos de Irak confían en que Dios cuidará de ellos, y él lo hace, usando nuestro amor y nuestra generosidad, mientras rezamos por ellos y los ayudamos, de acuerdo a nuestras posibilidades.
Haz tu aporte en línea aquí o a través de una transferencia o depósito a nombre de Ayuda a la Iglesia que Sufre, Rut 73.537.400-1, cuenta 11175-9, Banco Santander, mail: acn@acn-chile.org , Asunto: Campaña Irak
Aid to the Church In Need is committed to protecting your privacy and respecting the dignity and rights of our benefactors and staff.
Our Privacy Policy is set out on this page. It should be read in conjunction with the terms of use of this website.
Aid to the Church in Need acquires your personal information when you contact us, register to receive information, make an application for aid, make a donation or in any other way supply us with personal data.
Aid to the Church in Need will only use the information you supply for the specific purpose stated at the point you submitted it. If you subscribe to our newsletter, we will give you the option to unsubscribe from this communication in every message we send you.
Aid to the Church in Need will not share your personal details with other organisations or companies for the purposes of those organisations’ or companies’ marketing.
Aid to the Church in Need will take action to ensure that the information you disclose to us is kept safely. Aid to the Church in Need will never intentionally misuse or allow others to misuse the personal details we collect or hold.
We use Google Analytics to analyse the effectiveness of our site and the location of users. No personally identifiable information is involved.
You have the right at any time to ask Aid to the Church in Need to stop sending you information and we will respect your wishes. You have the right at any time to access the information, which Aid to the Church in Need holds about you. Please contact us if you would like to have a copy of the information that we have stored about you on our database.
Aid to the Church in Need wishes to ensure that the information that we hold about you is accurate. Please contact us if you wish to advise us of any changes to your personal details.
Aid to the Church in Need reserves the right to modify or replace this privacy policy without prior warning. The new privacy policy will be published on this page of the website. Your continued use of the website constitutes your acceptance of this privacy policy. You are advised to check periodically for any changes in the privacy policy of this website. If you do not agree to any new privacy policy, you should leave the site immediately.
If you have any questions about this Privacy Policy, the practices of this Site, or your dealings with this Site, you can contact:
Aid to the Church in Need International Head Office Postfach 1209 61462 Königstein Germany
You can also send an email to: info@acn-intl.org
By accessing this website, you agree to the site terms of use set out here. If you do not agree to them, you should leave the site immediately.
Completeness and accuracy of information
This website is for general information about Aid to the Church in Need and its policy on grant making. While the International Head Office of Aid to the Church in Need makes every effort to ensure the accuracy of material published on this site, it accepts no liability or responsibility for the accuracy, completeness or reliability of information either published on the site or made available for download from the site. No representations, guarantees or warranties are made as to the accuracy or completeness of the material on our website. Use of, or reliance on, any information available from this website is entirely at your own risk.
We exclude to the fullest extent lawfully permitted all liability for any loss or damage which you may occur howsoever arising out of the use, inability to use or your reliance on material obtained from our website.
Third party websites
Some pages of this website may contain links to third party websites which are not controlled and/or maintained by the International Head Office of Aid to the Church in Need. Aid to the Church in Need accepts no liability or responsibility for the content of third party websites. Links to third party websites are included for the sake of convenience only – their inclusion in no way constitutes an unconditional endorsement by Aid to the Church in Need. You are responsible for complying with the terms and conditions of use of any linked site.
All and any links from third party websites to this website may only be made after obtaining the prior written consent of the International Head Office of Aid to the Church in Need.
Contact Aid to the Church in Need to request permission to link to this website.
Modification of terms and conditions
Aid to the Church in Need reserves the right to modify or replace these terms and conditions without prior warning. The new terms and conditions will be published on this page of the website. Your continued use of the website constitutes your acceptance of these terms and conditions.
You are advised to check periodically for any changes in the terms and conditions of this website. If you do not agree to any new terms and conditions, you should leave the site immediately.
Copyright
Material on this website is subject to copyright laws and Aid to the Church in Need copyright statement.
Privacy
Any data submitted via this website will be handled according to Aid to the Church in Need privacy policy.
Laws governing this website
This website, including these terms and conditions, shall be governed by German law. The German courts shall have sole jurisdiction over any disputes arising from this website.